Hace ya tiempo que nos hemos acostumbrado a ver publicidad, más o menos intrusiva, dentro de servicios gratuitos. A nadie le extraña ver anuncios en Youtube o Twich, escucharlos en Spotify o tener que irlos cerrando en millones de aplicaciones gratuitas para móviles.
Hemos interiorizado que, de una manera u otra, hay que monetizar el servicio. Aceptamos soportar una ligera molestia a cambio de disfrutar de la gratuidad del mismo. Leer más